Mar del Plata es uno de los lugares más elegidos por los argentinos para vacacionar, pero estos últimos años, el turismo estuvo marcado por la incertidumbre a raíz de la crisis económica que limita la posibilidad de planificar con anticipación.

En ese contexto, los salarios medios no le permiten a muchas familias ahorrar para sus vacaciones, por eso en lugar de planificar y reservar con tiempo, suelen decidir sus viajes sobre la hora.

Sin embargo, los feriados se mantienen como un aliado clave para quienes dependen del turismo en el país, porque durante los fines de semana largos la actividad se reactiva de manera significativa. En lo que va de 2025, varios de estos recesos prolongados impulsaron movilizaciones de viajeros y generaron picos de movimiento turístico que, aunque no siempre se traducen en un gasto elevado, contribuyen a dinamizar al sector. 

Ese impulso se vio reflejado con el fin de semana largo por el Día de la Soberanía Nacional, cuando Mar del Plata recibió 158.775 turistas. Un “récord histórico”, según lo calificaron trabajadores del sector turístico.

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"Somos muy optimistas, esperamos una buena temporada pero no podemos mentir: hay una crisis de bolsillo que se hace sentir", afirmó el empresario hotelero, Jesús Osorno, en diálogo con el diario Clarín

La llegada de visitantes durante diciembre fue percibida como “floja” por muchos trabajadores locales, que observaron un movimiento inferior al esperado justo en los días previos a la temporada alta.

Crisis de bolsillo y comportamiento del turista

El diagnóstico compartido por varios referentes es claro, aunque exista optimismo por el arribo de visitantes, la fragilidad económica de los argentinos limitará el gasto y la duración de las estadías. Con salarios que no acompañan la inflación, muchos veraneantes elegirán alternativas de menor costo, reducirán la estadía o directamente pospondrán vacaciones. 

Esta situación se expresa en cifras de ocupación que rondan el 50%-60% en fechas centrales, muy por debajo de lo que se esperaba hace tan solo semanas.

Empresarios y trabajadores del sector, entienden que en temporada alta podría repetirse una tendencia de los últimos veranos, que se desarrolle con arribos fuertes los jueves con estadía hasta el domingo.

Desde el sector gremial también advierten que los hoteles de menor categoría son los más afectados porque se ven desestabilizados tras un “invierno malo”. Según la Unión de Trabajadores Gastronómicos y Hoteleros local, la falta de estímulo para el turismo social, limita el consumo interno y restringe el movimiento total de la temporada.